Experimento cognitivo

Hace unos días me topé con uno de esos vídeos curiosos que circulan por internet que dejan cierto poso. Se me ha venido a la cabeza para realizar un pequeño experimento cognitivo con él y me encantaría que participaras. De cara al coaching y la inteligencia emocional, también la vida virtual nos ofrece aprendizajes que no están en los libros.

Lo mismo lo has visto ya, pero en cualquier caso te propongo que antes de darle al «play», enciendas el modo consciente de tus pensamientos, en formato narrador en tercera persona interior. Es decir, que pruebes a anotar mentalmente la clase de pensamientos que te vienen a la cabeza tal y como surgen, sin juzgar ni ponerles etiquetas de buenos o malos.

Y sin más dilación, el vídeo. Para lo que nos concierne, apenas 2 minutos de atención activa:

¿Curioso? ¿Qué te ha parecido? ¿Con qué clase de pensamientos te has encontrado? ¿Son frecuentes? ¿Actúas en base a ellos?

En mi caso, entretejidas junto con expresiones de sorpresa, curiosidad y cierto apoyo, había otras más enjuiciadores del tipo: «vaya pintas», «menudo pintor de brocha gorda», «sí sí, mucho arte»… incluso un segundo antes de que el autor diera la vuelta al lienzo hubo alguno por ahí de «vamos, igualito… qué artista». Y acto seguido un zas en toda la boca inapelable, sabroso. En mi caso, para los sarcasmos e ironías limitantes.

¡Gracias!

A ver, tengamos claro que tener esta clase de pensamientos enjuiciadores no me convierte automáticamente en un mal pensado. En términos de coaching y psicología cognitiva, es bueno ser consciente de ellos para generar otros más saludables. Sin negar que somos una mezcla de luces y sombras y que tampoco queremos vivir en la casa de la pradera. Precisamente, al ser consciente tendré más poder para contrarrestarlos, limar estas disonancias internas, y actuar en base a otros pensamientos que me permitan mostrar una conducta más efectiva y «ecológica». Por ejemplo, tener algo más de paciencia para esperar hasta el final y que la otra persona pueda mostrar su talento, pues muchas veces no damos ni dos minutos.

Estas tomas de conciencia son muy importantes para empezar a cambiar ciertos comportamientos que no nos terminan de convencer. Los pensamientos son grandes catalizadores de sentimientos y aplicando un poco de psicología, podemos conseguir que éstos no nos desborden y conseguir resultados más satisfactorios. Unir mente y corazón, por así decir.

Y en el otro lado, cuando nos toca hacer de artistas, ante una entrevista de trabajo o una cita, podemos intuir y anticiparnos a posibles pensamientos enjuiciadores de los otros para prevenir reacciones propias… y, como ha hecho el prota del vídeo, jugar con la sorpresa para dejar a nuestro público con la boca abierta.

A modo de muestreo, ¿quieres compartir tus pensamientos, también sin juicio alguno?

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