¿Quieres media naranja?

Supongo que serás consciente del día que es. Ya se te haya pasado, ya estés denunciando en las redes sociales que este evento lo inventó El Corte Inglés; disfrutándolo con total indiferencia o con todo listo para agasajar como se merece a tu pichurrín, o pichurrina… hay algo que no cambia: es San Valentín, con todo lo que conlleva.

¡Qué bien!

Qué bien.

Qué bien…

Qué… bien.

Qué… ¿bien?

Habrá tantas reacciones como personas pero, habida cuenta de la proliferación de anuncios de portales de búsqueda de pareja, tanto en tv como en facebook, la importancia del amor y sus sucedáneos en nuestras vidas en innegable.

A raíz de una sorprendente rápida toma de conciencia de una coachee y que ayer por la tarde pusieran el Still Loving You de Scorpions en el super… haré caso a la llamada del destino en forma de reflexión acerca del concepto «media naranja», que está arraigado en mayor o menor medida en nuestro inconsciente a través de nuestra educación, reforzada por letras musicales de los top ten y con nombres y apellidos gracias al mundo peliculero de Hollywood.

Aquí me despeino y me quito el sobrero de coach. Porque, personalmente… ¡Me da escalofríos!

El lenguaje es poderoso.

Buscar tu media naranja lleva implícito que eres incompleto por ti mismo y debes buscar en otro eso que te falta. Es una forma de ceder a otra persona el poder de estar bien con quien eres y lo que haces. Así, serás feliz si te dice «sí». Y tremendamente desgraciado si la respuesta es «no». Y ya no digamos lo que pasa si encadenas una racha de calabazas.

Danger.

A su vez, en la otra cara de la moneda, te cargarás con la responsabilidad de completar a otra persona. Responsabilidad que no te corresponde por mucho que quieras a alguien. Y a ver  cuál es la mitad que te ha tocado en suerte… En definitiva, esto agota, aburre y conlleva el riesgo de que te pierdas en el intento.

Seguro que sabes de qué hablo.

A menudo, esto desemboca en conflictos o relaciones tóxicas, basadas en el déficit, en las que a la larga ambos pierden algo aunque a corto plazo obtengan ciertos beneficios . Y es que, desde esta perspectiva, despuésd  del esfuerzo que significa llevar una relación a buen puerto, en la matemática de su éxito, como mucho ambos serán uno.

Frente a la perspectiva del déficit, prefiero la de la potencia. Estar realmente bien con uno mismo y compartirse para crear algo nuevo. 1+1=11. Tú serás tú, yo seré yo y ambos seremos un nosotros con el que disfrutaremos en dos dígitos.

Puestos a ser una fruta, dejémonos de medias tintas. Apostemos por ser una fruta entera. Con sus pepitas y su piel. Y ya puestos, por encontrar otra fruta para hacer una buena y rica macedonia. Claro que sí.

Con un poco de paciencia y trabajo personal para estar completo, el amor es más posible. No me mires con esa cara. Aunque suene cursilón, ¿a quién no le gusta una buena sesión de arrumacos con alguien especial?

Antes de acabar, aquí va un homenaje muy particular para los más romanticones, siguiendo algunos tópicos del género:

Por supuesto, si este día te produce picores o simplemente ni fu ni fa, también puedes reinventártelo para que signifique algo bueno para ti, como proponen desde aquí:

Y si eres de los que piensas que cualquier amor pasado fue mejor… siempre te quedan los Scorpions:

Miiiauuuuuuu.

¿Qué es para ti este día? ¿Eres media naranja o una fruta entera?

En cualquier caso, sé feliz y hasta el próximo post!

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